El día 6 de Junio de 2010, el Grupo de Montaña Valcorchero dentro de sus actividades para el año 2010, tenía programada la ruta de Chilla. 22 personas acudimos a esta cita. Esta ruta es dentro de todas las del calendario, la de mayor dificultad. Debido al desnivel que hay que salvar, y el terreno por donde discurre, ya que son bloques y más bloques de enormes piedras. En esta parte del Sistema Central, se encuentran los mayores desniveles pues acoge la máxima altura (2.595 metros en el Almanzor) y la mínima (350 metros en el embalse de Rosarito). Aunque la salida está situada sobre los 700 metros de altitud, ya que se sale del Santuario de la Virgen de Chilla.
Una vez comenzada la ruta y al cabo de 2 horas y media aproximadamente, todo depende del ritmo que se emple, llegamos al lugar denominado "Cristo Vive", llamado así por una escritura hecha en una gran roca en referencia a Cristo. Este lugar sirve de parada para recoger agua, pues en adelante no encontraremos agua en muchos kilómetros. No fue el caso de este año, ya que en estas fechas todavía corrían bastantes torrentillos. Ascendemos a partir de aquí durante otras dos oras por una fuerte pendiente que nos llevara hasta la Portilla de Cobos, habiendo de esta forma realizado una de las parte más dura de la ruta. Desde aquí se continuara por un cuchillar de rocas y más rocas y con variaciones entre los 2.200 metros y los 2.300 de altitud, dejando en el camino la Portilla de los Machos, y continuando hasta la Portilla Bermeja. desde aquí se comienza a bajar hasta por fin llegar otra vez hasta la roca de "Cristo Vive". Desde donde se volverá hasta el Santuario de Chilla.
Una vez resumido un poco por encima el itinerario, pasare a relatar igualmente un poquito por encima algo sobre la historia dela Virgen de Chilla:
La Virgen de Chilla se apareció en el tronco vestido de verde hiedra a un pastor llamado Fernando, y le devolvió la vida a su cabra. Esto ocurrió allá por el año 1.300. Este milagro se refleja en un oleo que se conserva en la ermita y desde entonces se la profesa gran devoción, siendo la patrona de la Villa de Candeleda. Sitúan su aparición en una garganta entre la Portilla de los Machos y la Portilla Bermeja, a unos 1.900 metros de altitud. No está demás señalar que, aunque el retablo que en el interior de la ermita muestra al toro guiando a un caballero hasta un espino en el que se ve la imagen, las gentes del lugar sistemáticamente hablan del "pastor" que aparece pintado.
Aparte de la historia, existen también algunas leyendas y una de estas es la que a continuación relato:
LOS BALAZOS DEL MANTO DE LA VIRGEN DE CHILLA
Parece ser que cierto día, durante la guerra civil Española, la santera que cuidaba la imagen de la Virgen, dio la voz de alarma al no encontrarla.
Tras inspecionar el terreno, todos pensaron que la habían robado. El caso es que a las cuarenta y ocho horas de su desaparición, la santera volvió a verla en su lugar, pero con el manto cosido a balazos.
El extraño suceso causó una gran conmoción, pues nadie se explicaba que podía haber sucedido.
La respuesta vino por correos: en Candeleda se recibió una carta de un soldado que iba dirigida a sus padres.
En ella relataba como quería que subieran a darle las gracias a la Virgen por haberle concedido el milagro.
En la misiva, el soldado decía que, mientras se encontraba en uno de los momentos más duros y sangrientos de la batalla, en el que las balas silbaban por doquier, todos sufrían una terrible sed.
Cuando estaba casi desfallecido, de repente, vio a su lado la imagen de la Virgen de Chilla, que le dijo que ella le protegería, y calmó su sed con agua tan fresca que parecía el agua de Chilla.
Desde aquel entonces, todos los jóvenes de Candeleda cortaban un pedacito del manto de la Virgen antes de irse al servicio militar.
Por eso, el manto de la Virgen casi ha desaparecido.
Bueno y una vez relatado todo lo anteriormente escrito, paso a exponer algunas de las fotografías que tome. Decir que no todas son mías, algunas fueron tomadas por Agustín.
Santuario de la Virgen de Chilla.
Fachada típica serrana.
Comenzando la ruta, y al fondo
nuestro objetivo.
Panorámica del Almanzor.
En fila de a uno.
Panorámica.
Bonitos paisajes por donde discurre
la ruta.
Panorámica con buitres.
Nuestra gran dificultad; a la derecha de la
imagen. La Portilla de Cobos.
Desde luego que hay que tener Fe, para
llegar arriba.
Jorge.
Allí arriba, tienes que llegar "Macho".
Después de refrescarnos, listos para seguir.
Esta fue nuestra gran sorpresa. Encontrarnos
con esta pequeña lengua de glaciar.
Haciendo equilibrios por las piedras
de la morrena.
Jorge y Zula.
Otra panorámica de la lengua de hielo.
Panorámica de la garganta.
Jorge pensando.
Otra de la garganta.
Boca de la caverna de hielo.
Algunos dispuestos a cruzar por el
interior del hielo.
Interior de la Caverna.
Panorámica.
La seguridad ante todo.
Ahora toca un poco de escalada.
Ascendiendo hacia la Portilla de Cobos.
Todavía quedaba.
Panorámica.
Panorámica.
Laguna Grande de Gredos.
Trepando por los canchos.
El pico Almanzor (2.595 metros), cumbre
máxima del Sistema Central.
El paso de la Ventana.
Ya de vuelta, encontramos antiguos
vestigios de los pastores.
Un alto en el camino.
Panorámica.
Panorámica.
Otro alto.
Lo que quedábamos atrás.
Y por fin; llego la relajación.
